Me encuentro caminando hoy por la calle Sławkowska, cuando una estudiante me golpea suavemente en el hombro y me saluda extrañada de que no la haya reconocido. Al parecer llevaba un rato viéndome venir y aparentemente yo la había mirado pero evidentemente no la había visto.
Bueno, pues resulta que una vez más me dí cuenta de que muchas veces estamos en el aula pero no vemos todo lo que pasa, como vimos en el taller con Fernando el viernes.
Quizás os preguntéis en que pensaba en aquellos momentos en los que uno debería prestar atención al hielo bajo las botas y en los coches que te salpican constantemente. Estaba pensando en Guardiola y Mourinho. Siendo seguidor del Madrid se me hacía duro pensar que el modelo de Guardiola se ajustaría más a las dinámicas de María y al papel del profesor como facilitador.
En realidad, muchas veces me siento un poco Mourinho. Creo que Fernando lo denominó el "filtro afectivo" entre el profesor y los estudiantes y que es otro de los factores que intervienen en el aula. Yo creo que me involucro en todo el proceso, defiendo a muerte a mis estudiantes y soy muy intenso y pasional en el proceso de enseñanza. Me dejo la piel, como Mourinho...contra los árbitros de la vida y metiendo el dedo en el ojo de los temas candentes de la vida.
Sin embargo, me doy cuenta de que el protagonista es el alumno, y las dinámicas están diseñadas en devolver el verdadero protagonismo a quién lo merece: el estudiante. Se trata de dirigir la clase desde la observación, el conocimiento de los estudiantes y el control desde la distancia. Ellos son los protagonistas.
El taller de dinámicas de María fue muy eficaz, enriquecedor y productivo para mí. La primera prueba de ello es que lo que más recuerdo son los dos conceptos que me tocó primero comprender y luego aprender: la interlengua y la negociación del significado. ¡Bárbaro! como dirían en Argentina, éste último. Estoy negociando con mi experiencia y mis conocimientos previos, presentes y espero que futuros como profesor. Negociando con mi novia, con el portero, con mi rata... Es un término fantástico y tremendamente cierto. Y aunque no esté relacionado directamente con el aprendizaje, yo creo que para mí a partir de ahora lo será.
La interlengua se me antojó como una investigación de Sherlock Holmes: un sistema gramatical basado en hipótesis que en estudiante constantemente contrasta con la realidad. ¿Será correcto, o sería mejor sí...? Bueno, ahora que lo pienso, más que Sherlock la mente me lleva al Doctor House, o a Mourinho....
Y por supuesto ese andamiaje maravilloso, claro. En cinco minutos Maca me andamió el lunes y ¡zas! clase y conceptos preparados.
Afronto con nuevas ilusiones el resto de la semana, leyendo vuestras ideas y cual esponja, absorbiendo todos los conocimientos que me transmitís.
¡Nos vemos pronto!
Pablo
Muchas gracias, Pablo, por la entrada. Además de demostrar que sigues trabajando los conceptos y haciéndolos propios (que es lo que pasa con la interlengua, que cada uno tiene una propia)has conseguido sacarnos una sonrisa.
ResponderEliminarVolviendo a tu metáfora, a mí me gustaría verme más como Guardiola (me encantó está entrevista a Chavi http://elpais.com/diario/2011/12/18/deportes/1324162809_850215.html; como compara el equipo anterior y la labor del entrenador y, sobre todo, como habla de la propia responsabilidad para actuar dentro del grupo para que un grupo funciones y de que disfruta haciéndolo).
Seguimos hablando,
Fernando
Pablo, deberías escribir libros, qué bien escribes!!!!! te juro que los compro :-D
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