!Hola companeros!
Siguiendo las instrucciones de Mar'ia. Hago esta entrada para explicaros con qu'e me quedo yo de lo que aprendimos en aquella clase:
En primer lugar, todos son conceptos tan relacionados entre s'i que lo primero que se me ha ocurrido es hacer con ellos un esquema donde tenerlos presente a golpe de vista y verlos articulados (en cuanto lo tenga lo subir'e aqu'i). No ser'e yo el primero al que se le haya ocurrido, pero mientras lo encuentro, voy yo probando.
Fundamentalmente pongo mayor atenci'on al concepto de interacci'on, pues es el que entiendo que puede articular a todos los dem'as. Si la interacci'on se produce en los t'erminos adecuados, se est'a m'as cerca de conseguir la adquisici'on.
Los aspectos que nivelan esta adecuaci'on entiendo que son, sobre todo, el "input" y el andamiaje. (Valga puntualizar que, por lo que he podido entender, la interacci'on no engloba estos otros conceptos y ni siquiera los necesita para llevarse a cabo, pero me dar'e la libertad de entenderla m'as ampliamente).
El hecho de que el gu'ia deba actuar en la "zona de desarrollo pr'oximo" y la muestra de lengua tenga que adaptarse al alcance del aprendiente me parece un razonamiento revelador que todo profesor de lengua extranjera debe tener en cuenta.
Desde aqu'i se explica la relevancia del estudiante en el proceso de aprendizaje y se entiende la pertinencia del aprovechamiento de los conocimientos previos.
Especialistas en esto de la adquisición y enseñanza de lenguas extranjeras habrían tenido, seguro, problemas para contar las cosas y relacionar conceptos complejos de una manera tan sencilla y nítida. Es muy clarificador el esquema que propones, Luis. Conste aquí mi reconocimiento por esta reflexión que has compartido con el resto.
ResponderEliminarY aprovecho la continuación de este comentario para, con la escritura y el estímulo de Luis, tratar de prolongar algunas cuestiones que yo mismo no tengo del todo claras. Léase por tanto las siguientes líneas como un experimento, como una prueba, un trayecto bienintencionado pero titubeante.
Entiendo, como Luis dice también, que la interacción es esencial para el aprendizaje en el ámbito de las lenguas extranjeras y para cualquier otro ámbito. No es en en sí un concepto pedagógico. Es la manera que tienen los humanos de estar en el mundo. Otra no tienen. Resulta que en el ejercicio de ese modo los individuos se hacen cada vez más interactores más expertos. Con ello, se adaptan mejor al medio que los acoge y se vuelven más aptos para la supervivencia, es decir, aprenden, dan sentido a la experiencia previa. La formalizan, le otorgan una forma. Ese proceso es prolongado, arduo y exigente y, como cualquier otro proceso, puede quedar interrumpido, o al menos suspendido temporalmente. Habría que precisar que los humanos no interactúan porque se han fijado conscientemente el objetivo de aprender. Interactúan porque no les queda otra, porque no saben hacer otra cosa que interactuar. Pero intercatuando consiguen interactuar cada vez mejor, es decir, aprenden, pasan a contar con algo con lo que antes no contaban, algo que les permitirá seguir estando, ser lo que eran y ser al mismo tiempo algo más que hasta ahí todavía no eran.
La pedagogía (disciplina extraña, veterana e inocente a la vez) se preocupa por dar con las claves que posibiltan ese aprendizaje del que hablamos. En su afán por identificar las condiciones que dan razón del éxito de los buenos aprendientes, introduce conceptos como input y andamiaje. Input es todo lo que está puesto. Lo impuesto, lo que no se elige, lo que se nos da, queramos o no, por el mero hecho de estar donde estamos. Hay tanto input que no damos para abarcarlo todo. Detrás de cada input, viene otro más. Levantamos un input y descubrimos uno justo debajo. Desde luego, en la caja del cerebro todos esos inputs, nos pongamos como nos pongamos, no van a entrar. Sin embargo, resulta que si los colocamos en pilas ordenadas logramos sacar espacio de donde en apariencia no lo hay. El cerebro en eso se parece a una maleta. La maleta en la que metemos prendas al tuntún y sin doblar da poco de sí. Sí optamos por el orden, si damos forma a esas prendas, la capacidad del recipiente se revela, como por arte de magia, mucho mayor. Por supuesto que no vamos a lograr meter todos, todos los inputs, pero unos cuantos más sí van a caber. Las prendas que hemos colocado de esta manera pueden, por añadidura, recuperarse mucho más fácilmente cuando las necesitamos, cuando el medio que nos rodea nos las requiere.
En ese doblar y apilar inputs lo del andamiaje juega un papel fundamental. Y me gusta mucho la metáfora del andamiaje porque son precisamente los andamios los que permiten que el edificio se eleve y adquiera la consistencia que necesita para el futuro, pero después esos mismos andamios desaparecen sin dejar su huella en el trabajo levantado. Así son los profesores, sombras que acompañan al alumno en su proceso de ascensión y se desvanecen sin mostrar rastro cuando el alumno es capaz de percibir el paisaje en su sentido desde la altura que ha alcanzado.